En 2016, el príncipe Harry de Inglaterra se hizo una prueba rápida de VIH y la página de Facebook de la Familia Real (a la que entonces todavía pertenecía oficialmente) lo transmitió en vivo. Fue la primera y única vez que la corona británica llevó a cabo un acto público de este tipo.
Pero ese momento no habría sido posible sin el trabajo previo de Terrence “Terry” Higgins, el primer hombre en el Reino Unido cuya muerte, en 1982, se atribuyó a complicaciones del sida.
En el año de la muerte de Higgins la enfermedad ni siquiera tenía un nombre oficial y todavía no se descubría el VIH, por tanto, no se había encontrado una causa para la misteriosa afección que estaba acabando abruptamente con la vida de jóvenes homosexuales estadounidenses.
Un espíritu curioso
De acuerdo con sus amigos, quienes fundaron la organización civil Terrence Higgins Trust en su honor, Terry era un apasionado de la música. Aunque su trabajo era como transcriptor en la Cámara de los Comunes, dedicaba su tiempo libre a ser una especie de DJ, según lo narra el sitio web Cromosoma X.
Cada que podía, viajaba a Nueva York con una maleta vacía y regresaba a casa con un montón de ropa nueva y muchos discos, que luego vendía.
En Londres, Terry conoció a Martyn Butler. Ambos eran de Gales, de donde habían salido en busca de mayor libertad para vivir su orientación sexual, por lo que conectaron enseguida y se hicieron grandes amigos. De hecho, comenzaron a referirse a su grupo como una familia.
Una familia elegida
En la década de los años setenta, una discoteca llamada Heaven era el punto de reunión para los jóvenes homosexuales de la capital inglesa. Terry y Martyn eran asiduos visitantes, y el segundo recuerda que jóvenes de 18 o 19 años se les acercaban para formar parte de su grupo, de su familia.
Eran jóvenes que estaban lejos de su hogar y de sus núcleos familiares, y Butler dice que recuerda haber visto a adolescentes que llegaban al Heaven un viernes por la noche, con maletas en la mano.
Para Terry, los lazos de afecto y solidaridad eran importantes, ya que todos esos jóvenes, por sí mismos, no tenían nada, pero en grupo eran una comunidad.
Aun cuando Terry conoció a Rupert Whitaker, con quien comenzó una relación sentimental, nunca se alejó de la familia. Aunque seguía viajando, siempre encargaba a Martyn que cuidara de los más jóvenes que iban llegando.
Un súbito final
Butler recuerda esa época como una etapa feliz, hasta que un día, Terry se desmayó en la discoteca Heaven. Al poco tiempo, volvió a salir y alrededor de una semana después sufrió un segundo colapso, que lo llevó al hospital y puso de relieve que se trataba de una situación más grave.
Aun así, Martyn visitó a su amigo en el hospital y dice que no había ninguna sensación de fatalidad inminente. Se despidió de él diciéndole “te veré el sábado, si no, el fin de semana siguiente”. Fue la última vez que lo vio.
La muerte de Terry sacudió a su pareja y amigos, pero después del dolor, ellos estaban convencidos de que debían actuar. Terry siempre había cuidado de los suyos, y sus amigos querían continuar con su legado.
Amor y cuidados
Formaron la organización Terrence Higgins Trust y comenzaron a distribuir información para prevenir el VIH entre la comunidad gay. Ya que era el principio de la epidemia, este era un tema absolutamente tabú con el que nadie quería tratar, a veces por prejuicio y a veces porque no les importaba.
Pero incluso dentro de la comunidad de la diversidad sexual, el rechazo fue tajante. Martyn dice que una vez lo echaron de un bar gay por intentar distribuir folletos informativos.
Hoy en día, la organización es considerada la principal instancia benéfica en Reino Unido dedicada al VIH y a la salud sexual. Apenas en 2022, Martyn y Rupert fueron condecorados con la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la salud pública.
Así, tanto los hombres más cercanos a Terry como quienes han continuado con el trabajo durante décadas desean haber podido honrar su memoria y su dedicación a la labor de cuidado amoroso para su comunidad.
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